Argentina se encuentra en una posición rezagada en términos de reservas internacionales en comparación con otros países de la región, según los parámetros establecidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Con solo un 54% del nivel considerado “ideal” por el organismo, el país está lejos del promedio regional, que alcanza un 121%. Esto implica que, para alinearse con dicho promedio, las reservas del Banco Central deberían situarse cerca de los USD 93.100 millones, frente a los USD 42.114 millones actuales.
Según GMA Capital, países como Brasil (120%), Uruguay (181%) y Chile (79%) superan ampliamente a la Argentina en este indicador. Además, el 24% de las reservas del Central proviene del último desembolso del FMI. En su último reporte, el organismo enfatizó la necesidad de que el Banco Central adopte un rol más dinámico en la acumulación de divisas. Una de las estrategias recomendadas en el Staff Report es implementar un esquema de compras anticipadas en el mercado de cambios, similar al que aplican países como Chile, Colombia y México. Por ejemplo, Chile estableció un plan para adquirir USD 25 millones diarios hasta 2028, una medida que busca consolidar sus reservas frente a posibles turbulencias.
En este contexto, el FMI otorgó a Argentina un “waiver” tras un incumplimiento de USD 3.600 millones respecto a la meta de reservas fijada en -USD 1.958 millones (a precios actuales). Como resultado, el organismo decidió eliminar la meta intermedia de septiembre y reducir en USD 5.000 millones el objetivo de fin de año, manteniendo sin cambios la meta final para 2027. Esto implica que, para 2025, Argentina deberá incrementar sus reservas en aproximadamente USD 3.600 millones, considerando además vencimientos por USD 4.400 millones entre el Tesoro y el Banco Central. Para lograrlo, el país podría recurrir a compras de divisas, emisión de deuda externa o procesos de privatización.
GMA Capital destaca la importancia de contar con reservas robustas: “Aún bajo un esquema de flotación administrada, las reservas sostienen el equilibrio del mercado monetario. Un nivel elevado (100%–150%) cubre al sistema ante eventuales salidas de capitales por menor rollover de deuda externa, desinversión, déficit comercial o pérdida de confianza en la moneda local”. Esta situación explica la preocupación del FMI, principal acreedor de Argentina, y refuerza la necesidad de políticas activas para fortalecer las arcas del Banco Central.
Recientemente, el Gobierno llevó a cabo una operación de deuda interna que permitió aprovechar el segundo desembolso del FMI para incrementar las reservas netas del Banco Central. Mediante un acuerdo entre el Ministerio de Economía y el BCRA, se cancelaron parcialmente Letras Intransferibles en poder de la autoridad monetaria utilizando dólares del Tesoro, lo que resultó en un aumento de las reservas. Esta maniobra refleja los esfuerzos del equipo económico por estabilizar las finanzas en un escenario de restricciones.